empecé a escribir este cuento el otro día en el colectivo, lo continué en el subte y escribí las ultimas lineas en el colegio un par de días despues. iba a ser sobre un colectivo que representa la vida pero terminó siendo más el imaginario de un colectivo cunado viajo.
Era un colectivo singular: luego de la entrada había una salida, otra a la mitad y una tercera en el fondo. También el color era llamativo: en el suelo, un degradé entre blanco (frente) y negro (fondo), acompañado por un cambio en la iluminación. y el techo... ese techo era como el cielo cambiando del amanecer hasta el ocaso.
Me subí y fui al primer asíento del lado izquierdo, como acostumbro a hacer en los colectivos. Di una mirada al chofer: cuarentón, debe ser un profesional desempleado; un ingeniero, un arquitecto, tal vez un medico o algo así. Me devuelve mi mirada con la suya, una mirada de colectivero que reflejala vida como es, aunque también como pudo haber sido.
Cambio mi foco de atención hacia atras, buscando a algun otro pasajero. Alguien con quien charlar tal vez, o solo intercambiar miradas; algunos hombres de traje, una señora con su hijo, un grupo de adolescentes charlando.
Ante la falta de compañía, miro hacia afuera. El cielo azul celeste cada tanto interrumpido por alguna que otra nube, la diurna luna o el sol se extiende por encima de los edificios que pasan. Y no son lso unicos que veo pasar, porque en el constante movimiento los acompañan casas, carteles, cables, autos y colectivos.
Y se detiene, legamos a mi parada.
Me bajo y veo como se aleja. Se va haciendo pequeño, por la calle que se va haciendo pequeña mientras la distancia se va haciendo grande.
martes, 14 de septiembre de 2004
colectivo
domingo, 5 de septiembre de 2004
bueno, ya llegue a los 17, ¿y ahora?
bueno, llegaron mis 17 años de vida y no se me ocurre nada interesante para comentar. cuando este inspirado vuelvo a este espacio blanco y brillante, que se asemeja a un limbo ideológico de mi mente.
~ Ariel K.